Viaje a Estambul: entre dos continentes

Fue en marzo de 2005. Hacía cinco años que soñaba con visitar esta ciudad y mi sueño estaba cumpliéndose. La verdad es que la llegada al aeropuerto fue traumática porque tuvimos que esperar unas 3 horas para conseguir el visado de entrada. Aquella vez fue excepcional porque hasta los turcos estaban sorprendidos. A la mañana siguiente visitamos la ciudad.

Es espectacular, mágica y llena de color. La gente es muy atenta con los turistas sobre todo japoneses y españoles y cada dos por tres te invitan a tomar un té con el fin de venderte algo de su negocio. En ese viaje visitamos Santa Sofía, la Mezquita Azul, el Palacio Topkapi, la cisterna de Yerebatán, el puente Gálata, la torre Gálata, el puente del Bósforo, el barrio de Ortaköy, el Gran Bazar y el Bazar Egipcio donde compramos trajes para la danza del vientre, la Mezquita de Eyup, el Palacio Dolmabatce, la Mezquita de Suleyman el Magnífico, la pequeña y encantadora mezquita de Mehmet Pasa en el centro del Bazar de Ferreterías, el Arastaa Bazaar al lado de la Mezquita Azul. Visitar esta maravilla de la arquitectura merece la pena sobre todo en verano por su espectáculo de luz y sonido. En cuanto a la gastronomía: un exquisito pescado, el köfte, el kebab, el pilav, la sopa de yogur, la sopa de lentejas, las ensaladas, el queso, el borek, la pastelería (baklava, helva, etc), y como bebidas el té, el ayran y el boza. Después, espectáculos de danza oriental o de derviches que se ofrecen en Sultanahmet. Como souvenirs: oro, alfombras, kilims, teteras, incienso, cerámica, ojos del diablo , pashminas, cds, ropa, henna, esponjas naturales y chicas, si pensáis en boda, los trajes aqui son preciosos y baratísimos. El mío me costó 300 euros. En lugar de alojaros en un hotel,hacedlo en uno de los hostales que hay en Sultanahmet porque todos tienen terraza arriba para disfrutar de un agradable desayuno con vistas al Bósforo o sentir la increíble brisa marina durante la noche. Mi restaurante favorito: el Doy Doy.