Esta farmacia se llama así por tener una hornacina con la imagen de la Virgen de la Paloma. Probablemente el primer farmacéutico fuese José Serra y Roca. Según el plano de la licencia, no parece que en la reforma que se realizó en los años cincuenta se hiciesen modificaciones.
La farmacia tiene un bonito despacho de medicamentos con anaquelería a los lados, rebotica para la confección y almacén de medicamentos, cocina, un par de cuartos y salida a patio interior. La farmacia expone muchos elementos antiguos, desde la máquina registradora, jarras, botamen o tarros de porcelana y cristal, hasta morteros y diferentes envases de antiguos medicamentos.
Los anaqueles de la rebotica están desbordados por las materias primas y compuestos químicos necesarios para la elaboración de específicos, ungüentos y fórmulas magistrales.
Lun – Dom 9:30 – 23:00 h.