Era nuestra segunda visita a la isla de Tenerife, y decidimos volver al pueblo que más nos había atraido en nuestra visita anterior, Garachico, un pequeño pueblo costero con el encanto de antaño, edificios nobles, iglesias, palacios, una vuelta al pasado.
En la Glorieta de San Francisco una plaza rodeada de edificios de arquitectura singular y típica de la nobleza de la isla, nos habíamos enamorados de una mansión que amenazaba la ruina en el año 1999. Nada más pasar por esa maravillosa plaza descubrimos que esa antigua mansión había sido rehabilitada como Hotel Rural, conservando todo su tipismo y características arquitectónicas, descubriendo en su interior lo que nunca habíamos podido percibir desde el exterior, una escalera de piedra volcánica y tres corredores de madera de tea que conduce a las habitaciones. 20 habitaciones decoradas con un gusto exquisito, con materiales naturales, y con servico de jacuzzi y sauna, todo un lujo dormir en esa mansión y respirar un ambiente de tranquilidad y relax increíble. Esperamos visitar denuevo el Hotel La Quinta Roja.
Muy bueno
Gracias
🙂