El Origen de Viena Capellanes se remonta a 1873, al introducir una nueva clase de pan: el Pan de Viena, que fue patentado y fabricado en exclusiva durante diez años. La primera tahona se estableció en la antigua Casa de Capellanes y de ambos elementos surgió su nombre.
Su despegue desembocó en la creación de la cadena comercial que ha llegado hasta nuestros días, con la expansión tanto de la gama de productos (pastelería, chocolates, fiambres, salones de té, etc.), como la ampliación de los puntos de venta.
Fue la primera Industria Madrileña que dispuso de un vehículo de reparto motorizado, en vez de los carros de caballos al uso de la época. También fue una de las primeras firmas madrileñas que contó con la destacada distinción de “Proveedores de la Casa Real”. Comercialmente, la empresa fue pionera en las nuevas fórmulas comerciales con sus contratos de “Cesión de marca” antecedente directo de los actuales Contratos de Franquicia.
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